10 formas de mejorar tu microbiota intestinal

Hasta hace poco era normal considerar tanto las alteraciones psicoemocionales e incluso neurológicas, así como la cefalea crónica o los estados inflamatorios como parte de nuestra vida y aceptarlos como tal. Hay más estados de falta de salud que como los anteriores no hemos llegado a entender plenamente durante mucho tiempo hasta que se dio el paso de profundizar en la complejidad de la microbiota intestinal.

Según van saliendo a la luz más evidencias y entendimiento de lo que acontece en nuestro intestino, podemos decir que la salud de nuestro intestino determina muchos otros aspectos de nuestra salud en general.

El tracto digestivo no es solo el lugar donde los alimentos pasan a su través y se digieren. Además de esta función, el aparato digestivo realmente juega un papel vital en la salud mental, inmunidad y metabolismo. La forma en que nuestro intestino pueda tener este impacto en tantas áreas de nuestra salud recae sobre la microbiota intestinal y su biodiversidad en equilibrio.

Por eso te ofrecemos 10 formas de mejorar tu microbiota intestinal. Los tips señalados para mejorar estos aspectos de la microbiota intestinal se basan en los conocimientos científicos actuales.

1. Evita los destructores de la microbiota

Aunque hay muchas cosas que puedes hacer para mejorar tu microbiota activamente, lo primero que necesitas es tener cuidado de cualquier cosa que puediera dañarla como antibióticos, edulcorantes artificiales, azúcar, productos no orgánicos, GMOs, ambientes excesivamente esterilizados.

Es sobradamente conocido como los antibióticos destruyen en nuestro intestino tanto las bacterias “buenas” como las “malas”, lo que puede llevar a una disbiosis o infecciones oportunísticas.

Quizá sea menos conocido cómo el azúcar y los edulcorantes artificiales favorecen el sobrecrecimiento de bacterias no deseables que conducen a los “antojos” de azúcar, falta de concentración mental, aumento de riesgo de obesidad y más…

Los alimentos no orgánicos y GMOs son dañinos por tener elevados notoriamente niveles de glifosfato. El glifosfato es un pesticida extremadamente problemático con una larga lista de efectos adversos en nuestro organismo. Referido a la microbiota, se ha descubierto que el glifosfato daña la mucosa intestinal perdiendo la union entre las células intestinales y provocando una hiperpermeabilidad intestinal que contribuye a un sobrecrecimiento de bacterias dañinas.

Otros agentes químicos destructores de nuestra microbiota intestinal son los contenidos en el agua potable de abastecimiento publico, el agua del grifo contiene muchos componentes químicos problemáticos para nuestra microbiota intestinal como cloro, flúor, aluminio…

Finalmente, es importante no excederse en la desinfección y esterilización de objetos y ambiente a tu alrededor. Estamos en contacto con una gran diversidad de  microbios que viven en el ambiente que nos rodea y eso  ayuda así mismo a regular nuestro ambiente interno. En este mismo blog se hablará nuevamente de ello.

2. Elimina el azúcar

Es difícil conseguir una microbiota saludable si consumimos grandes cantidades de azúcar y alimentos azucarados.

La Cándida está presente en nuestra microbiota intestinal, pero la ingesta de grandes cantidades de azúcar pueden favorecer su sobrecrecimiento hecho que parece estar relacionado con los “antojos” de azúcar y la falta de concentración “brain fog”.

Poner el foco en disminuir el consumo de todas las fuentes de azúcar sería el primer paso.

3. Aumenta la ingesta de fibra

La fibra es un prebiótico porque tus bacterias intestinales beneficiosas como Lactobacilos y Bifidobacterias, entre otros, obtienen alimento de los alimentos ricos en fibra y apoyando el crecimiento de bacterias beneficiosas ayudaremos a controlar el crecimiento de otras bacterias intestinales no tan beneficiosas.

La fibra ingerida también ayuda a mantener el tracto digestivo saludable porque facilita el paso de los alimentos a su través, ya que los alimentos que permanecen en el tracto digestivo más allá de lo preciso comienzan procesos de putrefacción y enranciamiento generando toxinas dañinas y sirviendo de alimento a  las bacterias intestinales no deseables.

Se ha demostrado que las dietas bajas en fibra no solo disminuyen la población de bacterias intestinales beneficiosas para nuestra salud, sino que contribuyen a degradar la barrera mucosa intestinal lo que a la larga puede generar una hiperpermeabilidad intestinal y otros desequilibrios más severos de nuestra microbiota intestinal.

Algunos alimentos prebióticos y de exquisito paladar serían: alcachofas, espárragos, pimientos, brócoli, coles de bruselas, calabacín, coliflor, zanahorias, ajos, champiñones, cebollas, manzanas, aguacates, plátanos, frutos rojos, aceitunas, tomates, semillas de chía, chocolate negro, jengibre, miel, semillas de calabaza, quinoa, legumbres ….

4. Alimentos fermentados y probióticos

Tras los cambios de alimentación anteriores te sería de gran ayuda comenzar a introducir alimentos fermentados o de alta cualidad probiótica que acelerarán el crecimiento de bacterias saludables e inducirán un florecimiento de la diversidad de tu microbiota.

Algunos fermentados que te proporcionarán una diversa cantidad de bacterias beneficiosas para tu microbiota y que se han ganado el cariño de muchos serían: kefir de leche, kefir de agua de coco, chucrut, encurtidos, kimchi…

Algunas personas pueden presentar problemas (no les sienta bien) ingerir fermentados ya que contienen aminas biógenas y pueden generar una intolerancia histaminica, en este caso suspende su ingesta y consulta con tu médico.

Algunos beneficios del uso de probióticos: inmunomoduladores, protección frente a infecciones, mejoran la salud de nuestro aparato digestivo y cerebro, ayudan a perder peso… pero permite que sea tu médico quien te recomiende tipo de probiótico, cantidad y posología.

5. Ayuno Intermitente

Se ha visto que el ayuno, siempre dirigido por un médico experto en ayuno, es un método de mejorar la microbiota intestinal.

Las personas con disbalance bacteriano intestinal, con frecuencia presentan inflamación intestinal y desequilibrio del sistema inmunitario (“baja inmunidad”), a lo que suele acompañar una hiperpermeabilidad intestinal.

Durante el ayuno ya sea hídrico, intermitente, etc … y que se recomienda individualizar tras valoración médica, permitimos que el aparato digestivo pueda sanar los daños de la barrera intestinal desde el reposo intestinal a la vez que se equilibra el sistema inmunitario.

Una barrera intestinal y una mucosa intestinal saludables son clave para una microbiota saludable.

Algunos efectos del Ayuno Intermitente sobre nuestro aparato digestivo: libera de estrés al aparato digestivo, reduce la inflamación intestinal, activa las células madre (stem cells) en la barrera intestinal, mejora la diversidad de la microbiota, aumenta los niveles de bacterias intestinales beneficiosas o saludables.

6. Deshazte de los patógenos

Cuando tienes un desequilibrio bacteriano intestinal tu habilidad para derrotar agentes patógenos se ve mermada y abre la puerta para que bacterias oportunistas, virus patógenos, hongos y parásitos entren. Una vez instaurados pueden dañar el intestino, liberar toxinas y desplazar bacterias saludables.

El uso de probióticos específicos, ayuno terapéutico, y algunas plantas medicinales como romero, orégano, tomillo, albahaca, ajo crudo… Ayudarán a reequilibrar la microbiota intestinal.

También se han obtenido buenos resultados con remedios naturales que contienen: berberina, nogal negro, artemisa y abrojo.

7. Fortalece la barrera mucosa intestinal

Mantener íntegra y sana la barrera mucosa intestinal es imprescindible para proteger el equilibrio y salud de nuestra microbiota intestinal.

Esta barrera intestinal alberga parte de las bacterias beneficiosas de nuestra microbiota.

Además de hospedar parte de nuestra microbiota intestinal actúa como barrera protectora frente a agentes patógenos, toxinas y jugo gástrico ácido.

Muchas sensibilidades alimentarias están relacionadas con una barrera mucosa intestinal devastada.

Los puntos mencionados en este artículo podrían ayudarte a mantener saludable tu barrera mucosa intestinal.

8. ¡¡Ensuciate!!

El contacto con la naturaleza es bueno para ti por muchas razones. Estudios demuestran que estar o caminar descalzos sobre en la naturaleza mejora el estado de ánimo, dispara la creatividad y ayuda a mejorar la calidad del sueño.

Los animales, plantas y el suelo poseen albergan su propio microbioma con sus bacterias. Mediante el contacto con el suelo y animales adquirimos bacterias que mejoran y desarrollan nuestra microbiota. El simple contacto con la tierra a través de la piel puede ser beneficioso.

Si consumes productos ecológicos y locales hará que te sientas integrado en la naturaleza de tu alrededor. Otra forma de reconectar con la tierra es crear un jardín o un huerto para consumo propio.

El contacto con la tierra, el suelo, los animales y las plantas en la naturaleza no es tan sucio como piensas!. Incluso se ha visto que tener una mascota mejora nuestra microbiota, algunos estudios han demostrado que los niños que crecen con una mascota tienen menos probabilidades de desarrollar alergias y obesidad.

9. Mejora el microbioma de tu hogar

Vivimos en un mundo obsesionado con mantener todo limpio, desinfectado y esterilizado. En la limpieza doméstica standard se utilizan potentes productos químicos lo que  conlleva riesgos para la salud. ¿Qué pasaría si te dijera que tu hogar también tiene su propio microbioma?

Pues es cierto, y puedes crear un microbioma doméstico saludable donde también será más saludable vivir sin usar productos químicos devastadores, existen gran variedad de productos naturales. Prueba a colocar plantas en tu casa que filtrarán toxinas volátiles a la vez que harán que la atmósfera esté más oxigenada, sansevieria o lengua de suegra, hiedra común, crisantemos, helechos y lirio de la paz son plantas con gran poder de purificar el aire y ambientes.

Abre con frecuencia las ventanas y permite que el aire fresco circule. Las mascotas también mejoran la diversidad del microbioma de nuestro hogar.

10. No te estreses demasiado

Tómate un tiempo para observar tu nivel de estrés. Si te encuentras estresado crónicamente probablemente estés dañando tu microbiota intestinal. Estudios han demostrado que altos niveles de estrés mantenido en el tiempo pueden alterar realmente la composición y diversidad de las bacterias intestinales de una forma negativa.

Dedica algún momento del día para meditar, rezar y expresar gratitud de alguna manera. También es importante incorporar cambios saludables a tu vida. En la sociedad actual es difícil evitar todos los tóxicos a los que diariamente nos vemos expuestos.

La buena noticia es que algunas investigaciones indican que una microbiota saludable puede protegerte de toxinas ambientales como pesticidas

"Si cuidas tu aparato digestivo tendrás la llave para mejorar tu salud"

ALGUNAS DE FUENTES CONSULTADAS

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