Telfs. Cita Previa:
En mi búsqueda de ampliar la Ciencia de Curar y el “Ars Medica” para integrarlo en la Medicina Convencional o Moderna, y fruto de la labor de investigación y estudio durante años, incorporo orientaciones de la Medicina Tradicional Europea, tratamientos complementarios de Phytospagyria, Homeospagyria, Micoterapia, Nutrición Celular Activa, Terapias de Medicina Energética y recomendaciones Dietético-Nutricionales (desde el enfoque de la Medicina Higienista-Higienismo y la combinación de alimentos del Dr H.M. Shelton), así como acompañamiento y control de Ayuno Terapéutico.
Considero de vital importancia mantener el equilibrio de nuestra Microbiota Intestinal (nuestro cerebro intestinal) como reguladora y moduladora de funciones neuroendocrinas y no solo de absorción de nutrientes. Acompaño a mantener este equilibrio desde diferentes abordajes, pero el más importante, la conciencia de que somos lo que comemos y cómo lo comemos y la conciencia de que somos bacterias y virus (Dr. Máximo Sandín) en un alto porcentaje de nuestra constitución física y genómica, y que bacterias, virus y levaduras conviven en y con nosotros en perfecta y natural armonía. Cuando esta armonía y equilibrio de nuestra Microbiota Intestinal se rompe pueden surgir síntomas y enfermedades incluido el cáncer. (Dra. Y. Belkaid)
En mi hacer como Médico de Familia, también amplío el acompañamiento de procesos de enfermedad integrando una orientación Antroposófica, Psicosomática y fundamentos de Yatromatesis (Dr. J.C. Avilés) y observar al paciente como un ser completo con la capacidad y el poder de gestionar su salud de una forma activa y responsable.
La Medicina Antroposófica (R. Steiner y Dra. I. Wegman) realiza un diagnóstico convencional (moderno) de la enfermedad pero los síntomas del cuerpo no son la única guía, ya que atiende a otros aspectos como lo psicológico, mental y espiritual de lo vivido por la persona, y a través de protocolos de medicina y enfermería antroposófica “se recuerda al cuerpo con sencillez su buen funcionamiento”.
La Medicina Psicosomática (Dr. F. Alexander) relaciona la enfermedad con un componente emocional y contempla una causa mental y/ o emocional como origen de síntomas físicos y enfermedades y un vínculo entre el sistema nervioso y el sistema inmunitario. Las emociones no son malas o buenas, son un mecanismo adaptativo que impulsan un movimiento desde nuestro interior hacia el exterior para poder llevar a cabo una acción. Reconocerlas y expresarlas nos equilibran, reprimirlas y embotellarlas nos colocan en el camino del desequilibrio y la enfermedad.
La Yatromatesis (Dr. J.C. Avilés) se fundamenta en las diversas formas naturales de cuidado de la salud centrándose en la recuperación y actualización de un Modelo Integrativo Tradicional de Occidente en el que se contempla al ser humano y sus procesos vitales. Un saber milenario que “ve al ser humano como un todo y no simplemente como una reacción enzimática, inmunológica o degenerativa” (Dr. J. C. Avilés). – Yatromatesis –
Conocer y cuidar nuestro cuerpo y nuestras emociones favorecen la quietud mental y la toma de conciencia de lo que verdaderamente somos y queremos, es el poder transformador del autocuidado en salud desde el pensamiento de que el todo es más que la suma de sus partes.
Trabajo en consulta lo que desde la sabiduría médica antigua se ha tenido presente hasta nuestra era, las claves para impulsar y favorecer un estado de equilibrio, salud y armonía con la vida:
Los hongos medicinales se han utilizado durante cientos de años. En Japón y China, el uso de los hongos medicinales para complementar los tratamientos oncológicos estándares se aprobó hace más de 30 años. “Los extractos de hongos medicinales presentan amplios antecedentes clínicos de inocuidad como compuestos únicos o combinados con radioterapia o quimioterapia” (Instituto Nacional del Cáncer).
Se ha podido demostrar que los hábitos nutricionales pueden influir en la aparición, desarrollo y evolución de muchos de los tipos tumorales más frecuentes, sobre todo los gastrointestinales y los de mama o próstata, dependientes de hormonas (M. Malumbres et N. Djouder, investigadores del CNIO -Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas-). Estos mismos investigadores consideran un “cambio de paradigma”: actuar sobre la nutrición no solo para prevenir el cáncer, sino como intervención terapéutica, dejando espacio también para el ayuno.
“Llevamos años estudiando estrategias que imitan al ayuno para combatir el cáncer, con buenos resultados, pasamos ahora a la fase en que los oncólogos empiezan a considerar su uso combinado con las terapias estándar” (Dr. Valter Longo, Institute of Molecular Oncology, Italia. Longevity Institute, University of Southern California, USA). V. Longo pionero en el estudio sobre el ayuno y el cáncer, recomienda el ayuno intermitente tanto en la prevención del cáncer como para complementar terapias
oncológicas.
El ayuno puede ayudar a frenar los tumores. “Las células tumorales no saben parar su ciclo, están continuamente funcionando, las células sanas en cambio, si les cortas la energía interrumpen automáticamente todos los procesos de división” (Dr. R. De Cabo, National Institute of Health, USA). En este sentido, como la quimioterapia se dirige sobre todo a las células que sí están proliferando, si se administra cuando el paciente está en ayunas su toxicidad afectará sobre todo a las células tumorales (CNIO -Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas- octubre 2022).
“ El ayuno es un camino olvidado hacia la salud que ha sido practicado por la mayoría de los pueblos del mundo. No es una técnica nueva, pues desde hace miles de años culturas tanto de oriente como de occidente observan diferentes periodos de ayuno. Igualmente los niños y los animales, guiados por su propio instinto, ayunan cuando están enfermos. Es una de las mejores técnicas de curación física, emociona, mental y espiritual, secularmente practicada y hoy casi en el olvido”
( Dr. K. Bizkarra -El poder curativo del ayuno-)